martes, 26 de noviembre de 2019

Demuestran en laboratorio que la «realidad objetiva» no existe

Durante un experimento, dos observadores de un mismo fenómeno constataron "hechos" distintos

 

Sin embargo, en el mundo de la Mecánica Cuántica eso no siempre es así. Un equipo de investigadores de la Unversidad Heriot-Watt en Edimburgo, en efecto, acaba de demostrar que en el micromundo de los átomos y las partículas dos observadores diferentes pueden estar contemplando, al mismo tiempo, dos versiones diferentes de un mismo acontecimiento. O, dicho de otro modo, que cada uno de ellos tiene sus "propios hechos", lo que implica que la realidad misma no es objetiva, sino subjetiva. El perturbador trabajo se acaba de publicar en Science Advances.Si hay algo que la Ciencia tiene absolutamernte claro es que los hechos solo pueden llamarse así si son objetivos. Es decir, que cualquiera que los observe deberá llegar, siempre, a la misma conclusión. Después de todo, el método científico se basa precisamente en eso, en la observación, la medición y la repetibilidad de los hechos.

Y es que, en el extraño mundo cuántico, los observadores no juegan un simple papel externo e independiente del hecho observado, sino que forman parte activa de él. Según la teoría, las partículas pueden estar en dos lugares a la vez debido a una extraña propiedad, la superposición. Pero eso solo es válido mientras nadie las observa. Por el contrario, en el instante mismo en que se observa un sistema cuántico, éste se manifiesta de forma concreta en una ubicación o estado específico, rompiendo la superposición. Se trata de un hecho más que demostrado en centenares de experimentos desde hace décadas.

Ya en 1961, el físico Eugene Wigner propuso un provocativo experimento mental al preguntarse qué sucedería si se aplicaran las leyes de la Mecánica Cuántica a un observador en el mismo momento en que está llevando a cabo su observación. En ese contexto, si un amigo de Wigner, encerrado dentro de un laboratorio, lanzara una "moneda cuántica" al aire, los posibles resultados de cara y cruz estarían en superposición, pero cada vez que la moneda cayera al suelo, se observaría solo uno de los dos estados posibles. En cada tirada, podríamos decir que el lanzador de la moneda establece un hecho: el resultado de un lanzamiento es, definitivamente, cara o cruz.
Pero Wigner, que está en el exterior del laboratorio, no tiene forma de saber cuál ha sido el resultado del lanzamiento y, de acuerdo con la Mecánica Cuántica, concluye que tanto su amigo como la moneda están en una superposición de todos los estados posibles del experimento. Para comprobarlo desde el exterior, Wigner puede realizar un "experimento de interferencia", que muestra si, efectivamente, la moneda y la medición hecha por su amigo están en una superposición. Desde el punto de vista de Wigner, por lo tanto, eso es un "hecho": la superposición existe. Y si es así no se puede haber realizado ninguna medición concreta.
Por supuesto, eso contradice el punto de vista del amigo, que realmente había lanzado la moneda y observado un resultado concreto. ¿Cuál de los dos hechos es el verdadero? Tanto Wigner como su amigo vieron resultados definitivos para cada lanzamiento de moneda, pero cada uno vio una realidad muy distinta de la otra. La realidad percibida por el lanzador de la moneda dentro del laboratorio no puede conciliarse con la realidad medida desde el exterior.

¿Es real?

Durante mucho tiempo, el escenario de Wigner ha constituido un interesante experimento mental. ¿Pero refleja la realidad? Para averiguarlo, un equipo de físicos de la Universidad británica Heriot-Watt, en Edimburgo, dirigidos por Massimiliano Proietti, acaba de demostrar que, bajo ciertos supuestos, la idea de Wigner puede usarse para demostrar formalmente que las mediciones en mecánica cuántica son subjetivas, esto es, diferentes para dos observadores de un mismo fenómeno.
Por primera vez, los investigadores han conseguido materializar la prueba mental de Wigner en un experimento concreto de laboratorio, utilizando una computadora cuántica a pequeña escala compuesta por tres pares de fotones entrelazados. El primer par de fotones representa las monedas, y los otros dos se utilizan para lanzar la moneda. Al final, Proietti y su equipo lograron demostrar que, en el mundo cuántico, dos observadores pueden efectivamente constatar hechos diferentes estudiando un mismo fenómeno.
Lo cual hace necesario revisar en profundidad lo que se entiende como "objetividad científica". Afortunadamente, los hechos que experimentamos diariamente en el mundo macroscópico que nos rodea parecen ser bastante consistentes y seguros. Pero en el diminuto mundo de la Mecánica Cuántica eso cambia y los hechos parecen ser subjetivos, y no objetivos.

Algunos investigadores ven en estos resultados un refuerzo para la idea de que es posible que ocurra más de un resultado para una misma observación, y eso nos lleva a la posibilidad de que existan universos paralelos en los que cada resultado posible, ocurre. En todo caso, es nuestra comprensión de la naturaleza fundamental de la realidad lo que está en juego. Puede que nuevos experimentos consigan darnos una respuesta.