PUNTO 1.
¿DE DÓNDE SURGEN LOS RITOS CRISTIANOS?
Es natural que al establecer sus bases de culto las primeras comunidades
cristianas se inspirasen en los ritos y misterios de las religiones que
tenían a su alrededor. Las analogías más llamativas las encontramos con
el rito mitraico, una continuación del mazdeísmo persa que veneraba la
imagen de la divinidad Mitra, símbolo del sol y de la luz como Mazda.
Los sacerdotes de esta creencia eran célibes como los padres cristianos,
y los fieles, que también se llamaban hermanos, consumían
comunitariamente la carne y la sangre de un toro durante los
sacrificios. Se bautizaban con agua, ayunaban periódicamente y sus
sistema moral era casi idéntico al cristiano Los propios patriarcas
católicos se admiraban de semejantes parecidos. Contaba el mismo san
Agustín que, en cierta ocasión, un sacerdote de Mitra le reveló que
ambos practicaban la misma religión.
PUNTO 2.
VOLVER A LOS 17. VIOLETA PARRA.
PUNTO 3.
Las bestias del Apocalipsis y los emperadores Flavios.
La identificación de Roma con "Babilonia" no resulta difícil de ver a partir de la descripción de Ap 17: [1-18., Apocalipsis. La prostituta y la fiera. Ap 17];
comienza con la "señal" o visión de una mujer sentada sobre una bestia
de color escarlata con siete cabezas, cuyo significado explica uno de
los ángeles (17,3.7-9). La descripción deja claro que se trata de la
misma bestia con siete cabezas de Ap 13,1-4 [10., 18-13, Apocalipsis. Las dos fieras. Ap 12],
a quien el dragón, Satán, le ha dado su poder, trono y autoridad. El
ángel dice que las siete cabezas de la bestia son las "siete colinas
sobre las que se sienta la mujer" (17,9), que es una antiquísima alusión
a Roma https://es.wikipedia.org/wiki/Siete_colinas_de_Roma . Luego dice que las cabezas son también "siete reyes" (17,10).
SIETE COLINAS DE ROMA.
Este complejo conjunto de equivalencias
simbólicas constituye una de las claves más importantes del libro, puesto
que se trata de una referencia a la descripción de 13,1-18 [10., 18-13, Apocalipsis. Las dos fieras. Ap 12 +.11-18., Apocalipsis. Las dos fieras (Segunda Parte) Ap 13], coronada con la "enigmática marca de la bestia", es decir, 666. Los siete reyes se describen del siguiente modo:
Ap 17,9-11: "9 ¡Aquí de la
inteligencia, el que tenga
talento! Las siete cabezas son siete colinas donde está asentada la
mujer, y siete reyes; 10 cinco cayeron, uno está ahí, otro no ha llegado
todavía y cuando llegue durará poco tiempo.11 La fiera que estaba ahí y
ahora no está es el octavo y al mismo tiempo uno de lo siete, y va a su
ruina."
Los cinco reyes que "han caído" (es decir, que han muerto) son los emperadores de la dinastía julio-clauida: Augusto http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9sar_Augusto (28 a.C - 14 d.C), Tiberio http://es.wikipedia.org/wiki/Tiberio (14-37 d.C), Cayo o Calígula http://es.wikipedia.org/wiki/Cal%C3%ADgula (37-41), Claudio http://es.wikipedia.org/wiki/Claudio (41-54) y Nerón http://es.wikipedia.org/wiki/Ner%C3%B3n (54-68). Los dos siguientes -el "que vive" y aquel que surgirá pero "durará poco tiempo" - son Vespasiano http://es.wikipedia.org/wiki/Tito_Flavio_Vespasiano (69-79) y su hijo Tito http://es.wikipedia.org/wiki/Tito
, que reinó solamente dos años (79-81). Ap 17,10 dice explícitamente
que los primeros cinco reyes han "caído" y que aún no ha "surgido" el de
corta duración; por tanto, la afirmación "el que aún vive" se refiere
ostensiblemente al "ahora" del texto. Con otras palabras, el contexto
ficticio en el que se ubica la visión de Juan corresponde al reinado de
Vespasiano, probablemente a sus comienzos, justo después de la
destrucción del templo. Ciertamente, el hecho de que no se estableciera
el culto imperial hasta la época de Domiciano, en el año 89 d.C., nos
indica que el contexto real fue posterior, un dato confirmado por la
descripción de los dos emperadores siguientes. Una vez más, nos
encontramos con un recurso temporal típico de la literatura
apocalíptica, que consiste en que las imágenes desplegadas "predicen"
los acontecimientos futuros hasta el momento en que se escribe el texto.
Desde la perspectiva de los destinatarios, sin embargo, los referentes
históricos son totalmente evidentes.
La primera revuelta
judía suministra, en gran parte, el telón de fondo de las dramáticas
imágenes que encontramos en el Apocalipsis. Ha de recordarse que la
guerra comenzó en el año 66 d.C., bajo el reinado de Nerón, pero que
éste no murió asesinado, sino que se suicidó en el año 68 d.C. Nerón
había elegido con sumo cuidado al general Vespasiano para que comenzara
la guerra. Al morir Nerón, Vespasiano tuvo que suspender temporalmente
el cerco a Jerusalén y regresar a Roma para convertirse en el nuevo
emperador. Su hjo Tito puso fin al cerco, destruyó Jerusalén y,
finalmente, sucedió a su padre. Por consiguiente, los mismos emperadores
flavianos que habían destruido Jerusalén unos pocos años antes, ahora
eran venerados como dioses en el nuevo culto imperial de Éfeso y de las
ciudades de Asia.
La
"octava" bestia se convierte ahora en la más importante de todas, pues
es "uno de los siete". Se refiere al emperador Domiciano, el hijo menor
de Vespasiano, que reinaría desde el 81 hasta el 96 d.C. La enigmática
afirmación de que "era y ya no es" alude a un comentario anterior sobre
la misma bestia de siete cabezas en donde se dice: "Una de sus cabezas
parecía tener una herida mortal, pero fue curada, y toda la tierra le
siguió maravillada" (Ap 13,3). En Asia circulaba el rumor, incluso entre
los paganos, de que el emperador Domiciano era en realidad Nerón, que
había regresado a la vida. En efecto, Domiciano, al igual que Nerón,
tenía una pésima fama por su crueldad y megalomanía. Incluso consiguió
que el Senado le otorgara el título de Dominus et Deus ("Señor y
Dios") en vida. La proclamación de la divinidad del emperador se
reservaba normalmente para después de su muerte. El culto imperial sería
la caja de resonancia de esta proclamación en las ciudades importantes,
como es el caso de Éfeso. Al final, Domiciano fue asesinado en el año
96; sus imágenes y símbolos fueron "condenados" a damnatio memoriae o
eliminados de la actividad pública. Por consiguiente, la bestia
procedente del mar (Ap 13,1), que tiene el poder de Satán y que lleva
"un nombre blasfemo sobre sus cabezas", es Domiciano, que se proclamó
dios y del que se pensaba que era Nerón redivivo.
La bestia que surge de la tierra (Ap 13,11) puede
referirse al gobernador de Asia o al sumo sacerdote del culto imperial
flaviano, que tendría su sede en Éfeso. Presidirían las fiestas locales
del culto imperial y llevarían a la gente a adorar la "imagen de la
bestia" (13,14-15). Por tanto, con toda probabilidad, la cifra 666 es un
símbolo numérico del nombre y el título de Domiciano como emperador (en
griego, Kaiser o Sebastos), tal como aparece en las
monedas o inscripciones (1). El Apocalipsis sostenía, por consiguiente,
que honrar la imagen de Domiciano, la bestia, era lo mismo que adorar a
Satán, puesto que se trataba de los mismos que hicieron la guerra a los
santos y destruyeron la ciudad santa de Jerusalén (cf. Ap 13,5-7;
11,1-3). A su vez, Dios castigará a cuantos veneran a la bestia
(14,9-11), cuando finalmente caiga la misma Babilonia (14,8; 18,1).
______________________________________________________________________
(1). Un criptograma numérico de este tipo en lengua hebrea referido a
Nerón se encontró en los Manuscritos del mar Muerto. El significado
simbólico se conseguía a partir del valor numérico de cada letra de un
nombre o título sumando el total. Por ejemplo, el término griego Domitia Kais era
una abreviatura de "Domiciano, Cesar", que es el tipo de abreviatura
que se podía encontrar en el texto de una moneda o en una inscripción
pública. En una moneda anterior de Domiciano en Roma (73 d.C) se lee
este tipo de leyenda, pero en latín: Caes, Avg. F. Domit. Cos II ("César Augusto Flavio Domiciano, cónsul por segunda vez"). Utilizando los valores numéricos del alfabeto griego, las letras Domitia Kais dan
un total de 666. Por supuesto, no deberíamos dar por supuesto que éste
sea el significado del símbolo de Ap 13,17, pero nos muestra cómo se
realizaba el cálculo. Sin embargo, en algunos manuscritos del
Apocalipsis el número es el 616.
Correspondencia numérica del alfabeto.
Letra Griega | Nombre Griego |
Letra en Español | Valor Numérico | Letra Griega | Nombre Griego |
Letra en Español | Valor Numérico | |
A,a | alpha | alto | 1 | N,n | nu | n | 50 | |
B,b | beta | barco | 2 | X,x | xi | 60 | ||
G,g | gamma | Llamada gamma gutural | 3 | O,o | omikron | |
70 | |
D,d | delta | delta | 4 | P,p | pi | p | 80 | |
E,e | epsilon | breve | 5 | 90 is | ||||
R,r | rho | r | 100 | |||||
6 es sigma, V forma final | S,s,V* | sigma | s | 6, 200 | ||||
Z,z | zeta | zapato | 7 | |||||
H,h | eta | 8 | T,t | tau | t | 300 | ||
Q,q | theta | |
9 | U,u | upsilon | u | 400 | |
I,i | iota | No se escribe punto sobre la iota Griega | 10 | F,f | phi | Como el sonido regular de f en “foto” | 500 | |
K,k | kappa | |
20 | C,c | chi | ch | 600 | |
L,l | lamda | |
30 | Y,y | psi | (y) | 700 | |
M,m | mu | |
40 | W,w | omega | (w) | 800 | |
900 = sampsi |
Letra Hebrea | Nombre Hebreo | Letra en Español | Valor Numérico | Letra Hebrea | Nombre Hebreo | Letra en Español | Valor Numérico | |
א | aleph | silent (א) | 1 or 1000 | ל | lamed | low | 30 | |
ב | bet | boy | 2 | מ,ם* | mem | mike | 40 | |
ג | gimel | god | 3 | ן,נ* | nun | new | 50 | |
ד | deled | dog | 4 | ס | samech | sam | 60 | |
ה | heh | hi | 5 | ע | ayin | silent | 70 | |
ו | vov | very, up | 6 | ף,פ* | pey | pet, phone | 80 | |
ז | zayin | zebrea | 7 | ץ,צ* | tzadi | nets | 90 | |
ח | ches | bach | 8 | ק | kuf | q, kit | 100 | |
ט | tes | test | 9 | ר | reish | race | 200 | |
י | yod | you | 10 | ש | shin | sam, shem | 300 | |
ך,כ* | chof | kit | 20 | ת | tof | test | 400 |
Forma final de la letra |
Nombre Hebreo | Valor Numérico |
ך | final chof | 500 |
מ | final mem | 600 |
ן | final nun | 700 |
ף | final pey | 800 |
ץ | final tzadi | 900 |
*la forma final es la forma de la letra encontrada cuando ocurre al final de una palabra.
D O M I C I A N O
D o m i t i a K a i s (Domiciano, Cesar)
4+70+40+10+300+10+1+20+1+10+200 = 666
PUNTO 4
Recibir un agravio.
El Maestro era realmente despiadado
con quienes se complacían en la autocompasión
o en el resentimiento.
"Recibir un agravio", decía,
"no significa nada, a menos
que uno insista en recordarlo".
PUNTO 5.
Las bienaventuranzas.
425 Lo siguieron grandes multitudes procedentes de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania.
5 1 Al ver Jesús las multitudes subió al monte, se sentó y se le acercaron sus discípulos.
2 Él tomó la palabra y se puso a enseñarles así:
3 Dichosos los que eligen ser pobres,
porque ésos tienen a Dios por rey.
4 Dichosos los que sufren,
porque ésos van a recibir el consuelo.
5 Dichosos los sometidos,
porque ésos van a heredar la tierra.
6 Dichosos los que tienen hambre y sed de esa justicia,
porque ésos van a ser saciados.
7 Dichosos los que prestan ayuda,
porque ésos van a recibir ayuda.
8 Dichosos los limpios de corazón.
porque ésos van a ver a Dios.
9 Dichosos los que trabajan por la paz,
porque a ésos los va a llamar Dios hijos suyos.
10 Dichosos los que viven perseguidos por su fidelidad,
porque ésos tienen a Dios por rey.
11 Dichosos vosotros cuando os insulten, os persigan y os calumnien de cualquier modo por causa mía.
12 Estad alegres y contentos, que grande es la recompensa que Dios os
da; porque lo mismo persiguieron a los profetas que os han precedido.
EXPLICACIÓN.
4,25-5,12. Multitudes judías y paganas. La actividad de Jesús rompe
las fronteras entre los pueblos (4,25). Reacción de Jesús, subir al monte, lugar
de la presencia y actividad divinas. Va a promulgar el estatuto del
Reino, a definir la nueva alianza y a constituir el nuevo pueblo. Sube
al monte como Moisés y habla desde él como Dios: el Hombre-Dios.
"Pobres" (3), en la tradición judía, los pobres sociológicos; "eligen", lit.
"por el/su espíritu", que indica un acto interior del hombre, de
inteligencia, voluntad o sentimiento; en este contexto, de voluntad (=
decisión, opción). "Los pobres por propia decisión" = los que eligen ser pobres. Jesús mismo lo interpreta en 6,24 (opción entre Dios y el dinero). Tienen a Dios por rey (lit.
"de ellos es el reinado de Dios"), es decir, sólo con ellos actúa Dios
como rey. El reinado de Dios pone fin a la miseria; no carecerán de lo
necesario ni tendrán que someterse a otros para obtener el sustento
(6,25-34). Esta pobreza se opone al acumular y retener bienes (6,19-21) y
supone la disposición a compartir lo propio (6,22). Ésta es la buena
noticia a los pobres (Is 61,1; Mt 11,15).
Las tres bienaventuranzas siguientes contienen una promesa de liberación, efecto de la opción por la pobreza.
Los que sufren (4), alusión a Is 61,1 donde se trata de la opresión de Israel. Jesús anuncia el fin de la opresión para la humanidad entera.
Los sometidos (5), según el texto de Sal 37,11:
los que han perdido su independencia económica y su libertad y tienen
que vivir sometidos a los poderosos que los han despojado. La tierra, universal: plena restitución de la libertad e independencia.
Esa justicia (6) condensa las dos bienaventuranzas anteriores: verse libres de la opresión, gozar de independencia y libertad.
Las tres bienaventuranzas siguientes definen la labor del grupo cristiano en medio de la sociedad.
Los que prestan ayuda (7), la misericordia expresada en obras.
Los limpios de corazón (8), cf. Sal 24,4, en paralelo con "el de manos inocentes": buena intención que se traduce en conducta sincera. Ver a Dios, la
experiencia constante de su presencia. No cuenta ya la pureza de la
ley, sino la del comportamiento, ni el encuentro con Dios en el templo
(Sal 24,3; 42,3.5; 43,3), sino en la vida.
La paz (9): prosperidad, tranquilidad, derecho,
justicia; en suma, la felicidad individual y social. Condensa las dos
bienaventuranzas anteriores. Tal actividad hace al hombre semejante a
Dios, por ser la misma que él ejerce con los hombres. No relación de
siervo a señor, sino de hijo a Padre (cf. Os 2,1).
La última bienaventuranza (10) completa la primera (3) (ambas
en presente y con el segundo miembro igual). La persecución no es un
fracaso, y es consecuencia de la fidelidad a la opción inicial (5,3). La
sociedad, basada en la ambición de poder, gloria y riqueza, no la
tolera.
Las promesas de futuro (vv. 4-9) son efecto de la opción y
fidelidad presentes (vv. 3,10). Liberación progresiva de los oprimidos
por la existencia del grupo humano que opta contra los valores de la
sociedad y crea una alternativa.
Para los discípulos (11s) desarrolla la última
bienaventuranza. La sociedad ejercerá sobre ellos una presión más o
menos cruenta. La reacción ha de ser de alegría. Su recompensa será
la experiencia de que Dios reina sobre ellos. Con su modo de vivir, los
discípulos toman el puesto de los profetas de antaño: hacen visible una
nueva relación humana, que denuncia la injusticia existente.
PUNTO 6.
LA BELLEZA. AUTE.
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