domingo, 13 de septiembre de 2015

JAVIER DEL CERRO.


Un nadador toledano batirá un récord Guinness: «Para lo que sufren, esto no es nada»

Javier del Cerro, de 18 años y estudiante de Arquitectura en la UCLM, pasará más de dos días en el mar por una causa benéfica

Todavía tiene voz de niño, pero su reto son palabras mayores. Ir desde Menorca a Barcelona nadando. 200 kilómetros, unas 55 horas en el agua. Javier del Cerro tiene 18 años, vive en Toledo y por las mañanas estudia Arquitectura en la Universidad de Castilla-La Mancha. Por las tardes entrena en el Centro de Agua. Se prepara a conciencia para una hazaña, que «nunca se ha hecho», por lo que sería un récord Guiness. A Javier le acompañaran tres personas: su tío Raúl, y sus amigos Chema y Abraham. Los cuatro se turnaran y los auxiliará un barco de apoyo. Este «reto, ilusión, sueño», en palabras de Javier, está previsto para la segunda semana de julio y su razón de ser estriba en una «maldita» enfermedad: el cáncer. Para recaudar fondos en su lucha y para darles «un homenaje» a todos los que lo sufren. Por ellos.
—¿En qué momento se plantea un reto de este tamaño?

—Fue porque mi abuelo empezó a tener cáncer. Me lo dijeron mis padres, y murió este verano. Luego la hermana de mi tía ha muerto hace un mes, también de cáncer. Cuando lo de mi abuelo, decidí hacer algo que nunca nadie hubiera hecho y lo quería hacer también por la gente que no puede hacer estas cosas. Digamos que como un homenaje. Por ayudar a gente como mi abuelo, como mi tía y otras dos tías que también han sufrido cáncer. Somos una familia que estamos rodeados de esta maldita enfermedad y de todos los tipos: de mama, de pulmón, de colon...

—No lo va a hacer usted solo...

—No, lo voy a hacer con otras tres personas. Con mi tío, que es toledano pero ahora vive en Madrid. Es el hijo de mi abuelo. Se lo comenté después de que muriera porque en principio lo iba a hacer con otra persona, pero al final somos cuatro. Mi tío se llama Raúl Del Cerro y tiene 38 años. Luego están dos amigos: Chema, de 46 años, y Abraham, de 30. La idea fue mía. Se lo planteé a las empresas y, aunque parezca mentira, algunas se decidieron a colaborar. Ahora otras se están poniendo en contacto con nosotros.

—¿De qué manera se están preparando para un reto así?

—Sobre todo nadando (risas). Aún no hemos empezado con la preparación mental, pero creo que la necesitaremos. Hay que tener en cuenta que vamos a estar más de dos días en medio del mar, sin ver tierra y pensando que nos queda un montón de tiempo para llegar... aunque es por luchar por la gente que tiene cáncer. Para lo que sufren ellos, esto no es nada.

—¿Cómo se van a organizar?

—Va a ser por relevos. Siempre va a haber una persona en el agua y los otros tres estarán animando o descansando en el barco. Imagino que empezaremos haciendo relevos de una hora y luego, según nos vayamos encontrando, los relevos serán más cortos. Hasta de 15 minutos. Pero todavía no lo hemos decidido.

—Habléme de la financiación...

—A nosotros no nos llega nada de dinero, todo va directo a la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer). Luego, por ejemplo, el barco de apoyo ya está pagado. Hay una empresa que lo patrocina y nos lo dejan durante una semana. También están las empresas que aportan directamente una cantidad económica a la asociación. En total, hay unos 20 patrocinadores, pero cada uno colabora de una manera diferente. Por otra parte, hemos hecho unas pulseras de color violeta. Hemos vendido 1.000 a 2 euros y ya hemos encargado otras 1.000. El que quiera puede comprar bañadores o gorros de natación. Y luego una empresa va a hacer unas pequeñas gafas que se ponen en la solapa y todo lo que se recaude va a ir a la asociación. El que quiera colaborar se tiene que poner en contacto con nosotros –el correo electrónico es mediterraneanchallenge@gmail.com. Además existe un número de cuenta bancaria: 2100-08-1406-0200624346– porque aún no tenemos página web. La crearemos en breve.

—¿Por qué han elegido como fecha la segunda semana de julio?

—Lo principal es la luna. No podemos llevar ningún tipo de iluminación artificial para no atraer a los peces. Entonces hemos decidido que sea un día que haya luna llena para que haya más luz. Y luego por el tema de las corrientes. Por ejemplo, en la segunda semana de julio, las corrientes son menos fuertes que en agosto.

—¿Qué le dijo su familia cuando les anunció que se iba de Menorca a Barcelona nadando?

—Al principio, cuando se lo planteé a mis padres en marzo, me dijeron que ni de broma, que si estaba loco. Después, poco a poco fueron cogiendo confianza. La gente me dice: «¿Cómo lo vas a hacer? Si es una locura...» Les respondo: cosas que se le ocurren a uno. Cuando lo pensé mi abuelo seguía vivo. Luego en julio, cuando murió, me dije: «Esto lo tengo que hacer sí o sí». Y ya no hay vuelta atrás. Hay muchas empresas que han colaborado, hemos rodado el vídeo de promoción que subiremos en breve a Youtube, donde decimos qué vamos hacer, cómo, quiénes somos...

—Por correo nos dijo que la gente no tenía conciencia sobre esta enfermedad. ¿Por qué lo piensa?

—Creo que mucha gente no sabe lo que en realidad sufre quién tiene cáncer y su familia. Lo que tiene que pasar esa persona con la radioterapia, la quimioterapia... Creo que hasta que no te pasa no te das cuenta de lo que tienes encima. Todo el dinero que recaudemos va a un proyecto de la AECC. Es de impacto psicosocial. Es decir, a los familiares que reciben la noticia. Ha sido un proyecto que nos han pasado desde la asociación e intentaremos financiarlo entero. Son 100.000 euros y nosotros trataremos de conseguir lo máximo posible.

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