domingo, 5 de octubre de 2014

3 ESO. FICHA 3.

LA APARIENCIA.


- Mamá, ¿puedo ir a jugar a la arena?
- Sí, hija mía, pero no te alejes mucho.
Al cabo de un rato, la madre vio a una vieja andrajosa que caminaba por la orilla del mar. De vez en cuando, se agachaba y cogía algo de la arena, que después introducía en un saco. Asustada ante la extraña anciana, la madre llamó a su hija para que regresara junto a ella, y lo mismo hicieron otros padres con sus hijos.
Lo que nunca supo nadie fue que aquella anciana recogía los cristales de la arena para que la gente no se lastimara los pies. 




ÁFRICA.
Tribu Mursi, la más aguerrida de África.


  
Las religiones étnicas africanas se caracterizan por su variedad. Perduran, principalmente:

  • Cazadores-recolectores: Divinizan la bosque y agradecen a los que imaginan sus pobladores sobrenaturales, el alimento y su ayuda. Al vivir en grupos muy poco numerosos y nómadas no tienen santuarios ni poderosos especialistas religiosos.
  • Pastores: el ganado es divino y los rituales principales buscan propiciar la fertilidad de los animales y preservar su salud.
  • Agricultores: forman agrupaciones más numerosas, tienen dioses de las cosechas pero también divinidades supremas.



Los rituales africanos son muy variados, los principales buscan dar culto a los antepasados, librarse de la brujería o poner de relieve la soberanía de los reyes y gobernantes.


  Un caso ilustrativo de religión agrícola es el de los agricultores ndembu del noroeste de Zambia. De entre los múltiples ritos que configuran su religión, destacan los matrimoniales y reproductivos.
La sociedad ndembu es matrilineal, es decir, la mujer transmite los derechos sucesorios y determina la línea de descendencia, aunque la residencia matrimonial la determina el marido, lo que supone que los recién casados vayan a vivir con el grupo familiar centrado en la madre o en la hermana del esposo.
Este sistema genera un conflicto en las mujeres, que por una parte se ven sometidas a las exigencias residenciales de la familia del marido, que intenta retener durante el mayor tiempo posible a los hijos y a la madre, y por otra parte se sienten presionadas por el grupo materno que intenta atraerse a la mujer y su prole por medio del divorcio. Los conflictos suelen materializarse en diversos trastornos de la mujer, que van desde la esterilidad a partos múltiples o menstruaciones anormales. En estos casos se considera que una antepasada de la mujer actúa en venganza avisando de que alguien no está cumpliendo correctamente sus deberes hacia la familia.

Para determinar el origen del conflicto, actúa un adivino que indica quién es la causante del problema y, por último, un sanador espiritual que por medio del rito soma resuelve la situación. La evidente arbitrariedad de la aparición de un ancestro parece en realidad un mecanismo que intenta conseguir la pacificación de la actitud que está provocando conflictos. Las dotes del adivino sirven en estos supuestos para determinar lo que se considera un problema. Cuando un grupo retiene demasiadas mujeres, junto a su prole, por la doble vía del matrimonio y del divorcio, pueden surgir problemas por el tamaño del grupo.

El Islam en África Escrito por el Prof. Dr. Nazeer




En el norte de África se mantienen aún poblaciones nómadas o semi-nómadas como los tuareg o los bereberes, que tuvieron contacto con el islam desde épocas tempranas y lo difundieron en su entorno. Por otro lado, en la zona subsahariana perduran religiones étnicas y se han creado otras sincréticas, con elementos ancestrales y con influencias ajenas a las propias costumbres.

La penetración islámica es antigua y muy homogénea en el norte: Egipto, Libia, Argelia, Túnez, Marruecos, países en los que además es la religión oficial. Sin embargo, es más reciente en la zona subsahariana. El Islam se extiende de forma muy generalizada en Sudán, Mauritania, Somalia, Senegal, Gambia, Guinea, Níger y Malí. Es la religión mayoritaria en Chad, Sierra Leona y Nigeria. En algunos casos convive con las religiones africanas aborígenes como en Sudán, Guinea Bissau, Sierra Leona, Costa de Marfil, Burkina Faso, Togo y Benin; o enfrentado al cristianismo como en Eritrea y Etiopía, Liberia o Ghana. 



Pero el islam es una religión que mantiene su expansión en África. En la actualidad es creciente en la costa oriental del continente, como en Tanzania y Mozambique, y en países ya citados como la franja de los limítrofes con el sur del Sahara (Chad, Níger y Malí) y sus aledaños (Nigeria, Burkina Faso y Costa de Marfil). 



En lo relativo a los datos totales hay que tener en cuenta que el país más poblado de Africa, Nigeria, cuenta con más de 50 millones de musulmanes. Aunque sea menos de la mitad de la población del país, se trata de un número solamente superado en África por el de los musulmanes de Egipto, que se aproxima a los 60 millones.


EL CRISTIANISMO EN ÁFRICA.

El cristianismo tuvo dos momentos de expansión. El más antiguo llevó a la consolidación de la ortodoxia en Etiopía, el segundo se produjo con la penetración de las potencias coloniales europeas, que utilizaron a los misioneros de todas las iglesias para controlar a la sociedad africana aborigen. 

La zona de mayor impacto del cristianismo colonial parte de territorios fronterizos con el Islam meridional y engloba al centro y sur de Africa. 


El catolicismo es generalmente hegemónico en los antiguos dominios coloniales de potencias católicas como Bélgica, Portugal, España y Francia. El protestantismo suele imperar los antiguos territorios ingleses. 



Un caso particular lo marca Sudáfrica, donde la inmigración proveniente de países protestantes determina la importancia de esta religión. 


Otro fenómeno muy destacado en el África central meridional es  el impacto de las iglesias afro-cristianas independientes y sincréticas, a las que se adscribe la cuarta parte de  los fieles en bastantes países como Congo, Republica Democrática del Congo, Kenia, Zimbabwe, Zambia, Swazilandia y Sudáfrica. Sirven en algunos casos de vía de consolidación de una opción que, aunque posea raíces de una cultura extraña, incluye ritos y costumbres de los cultos aborígenes.


Motivación.




DESDE CUANDO LA NOVIA SE VISTE DE BLANCO.



El pintor Adrien Moreau retrata en el cuadro
Tras fa boda una tipica ceremonia nupcial del siglo XVI
El origen de esta costumbre se halla en la Roma clásica, donde las novias se casaban con la misma túnica blanca que se ponían a diario, aunque también usaban un velo color púrpura adornado con una corona de flores. 

El blanco, sin embargo, no perduró pues posteriormente varió según épocas y regiones. En la Edad Media, sólo se ponían vestidos de novia las mujeres de la realeza, pues ellas tenían los medios, y optaban a menudo por el rojo bordeado de intenso color oro como símbolo de reafirmación y  poder.


La ropa habitual y acaso un velo eran la única licencia que se podían permitir las plebeyas en el día de su boda. Y lo mismo ocurrió durante el Renacimiento, tiempo en que para las damas de abolengo no era el color lo que contaba, sino el bordado a base de piedras preciosas, perlas y diamantes.

En el siglo XVIII, se pondrían de moda los colores pastel, y la popularidad definitiva del blanco comenzaría en 1840, año en que tuvo lugar la boda de la reina Victoria de Inglaterra con Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha. 

 La foto de la real pareja, con la soberana enfundada en el vestido blanco que ella misma escogió, tuvo un enorme eco mundial y reinstauró la moda de dicho color. Así, el blanco vino a significar la pureza y la virginidad, valores que antes representaba el azul.
JUGÁNDOSE LA VIDA EN EL TREN.



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