OBSERVACIÓN.
Un célebre cirujano vienés decía a sus alumnos que, para
ser cirujano, se requerían dos cualidades: no sentir náuseas y tener
capacidad de observación. Sin ellas, les insistía, es imposible llegar a
ser un buen cirujano, porque estas dos cualidades siempre deben
presidir las actuaciones médicas.
Terminada su explicación, ilustrada
con abundantes ejemplos, quiso poner a prueba a sus alumnos y alumnas
mediante un ejercicio práctico. Para hacer una demostración, introdujo
uno de sus dedos en un líquido nauseabundo, se lo llevó a la boca y lo
chupó. Luego pidió a sus alumnos y alumnas que hicieran lo mismo. Y
ellos, armándose de valor, le obedecieron sin vacilar.
Entonces,
sonriendo astutamente, dijo el cirujano: “Señoritas y caballeros, no
tengo más remedio que felicitarles por haber superado la primera prueba.
Pero, desgraciadamente, no han superado la segunda, porque ninguno de
ustedes se ha dado cuenta de que el dedo que yo he chupado no era el
mismo que había introducido en ese líquido”.
¿AÚN HAY BRUJAS?
Diversos colectivos esotéricos afirman ser los herederos de las
tradiciones ancestrales relacionadas con el animismo, los cultos a la
naturaleza y las prácticas mágicas que suelen atribuirse a la brujería.
Aunque hasta bien entrado el siglo XIX se tendió a creer que esta se
identificaba con la adoración al diablo (y como tal fue perseguida por
la Iglesia), algunos antropólogos la conectan con las reminiscencias de
los antiguos cultos paganos que se extendían por Europa antes de que el
Cristianismo ocupara su lugar.
A mediados del Siglo XX, el escritor ocultista Gerald Gardner impulsó el
desarrollo de la wicca, una religión mistérica descentralizada en la
que supuestamente fue iniciado por unas brujas británicas que mantenían
vivo el viejo sistema de creencias.
La wicca se caracteriza por la magia ritual, concibe la naturaleza como
una manifestación de la divinidad y defiende la existencia de dos
deidades principales, que encarnarían los principios femenino y
masculino.
Otras tendencias, caso de la tradición Feri o el cultus sabati, incorporan sus propios símbolos y prácticas.
¿Y dónde fueron más acosadas?
A partir de 1320, el papa Juan XXII impulsó la persecución de las brujas
y los hechiceros, a los que consideraba en asociación con Satanás.
Aún así, en la mayoría de los procesos que se llevaron a cabo en el
siglo XIV, los inquisidores se mostraron escépticos. De hecho, lo que
podría considerarse como la auténtica caza de brujas no se haría masiva
hasta el siglo XVI, con la llegada de la Reforma Protestante y la
Contrarreforma.
El historiador William Monter, profesor de la Northwestern University,
en EE.UU., y una de las mayores autoridades sobre este asunto, estima
que se produjeron por esta causa unas 35.000 ejecuciones, la mayoría en
Europa Central.
A BUEN ENTENDEDOR POCAS PALABRAS BASTAN.
Quien es suficientemente despierto e
inteligente no precisa de largas explicaciones para entender lo que le
están contando. Este aparente ensalzamiento del laconismo puede ser
positivo, alabando a quien entiende a la primera, o negativo, haciendo
ver que el interlocutor carece de esta cualidad.
En cuanto a su origen, podría hallarse
en una sentencia de Plauto: "Al sabio una palabra le basta". Aunque,
verdad o fruto de la imaginación popular, se dice que esta frase alcanzó
la fama tras una anécdota acaecida en la corte del rey francés Lus XIV.
Siendo ya auténtico jefe de la nación gala, el cardenal Mazarino fue
avisado de que un campesino muy pobre pedía audiencia con él. Accedió a
recibirle pero con la condición de que sólo escucharía dos palabras.
Así, el visitante le dio: "Hambre, frío", a lo que el cardenal respondió
ordenando que le dieran ropa y comida. Y en la corte y en el país
entero todos comentaron: "A buen entendedor...".
MOTIVACIÓN.
¡CUIDADO!
PUENTING
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