La narración del Grial trata del problema de las sombras.
El
rey Anfortas está enfermo, herido por la danza del mago Klingor o, en
otras versiones, por un enemigo pagano o, incluso, por un enemigo
invisible.
Todas estas figuras son símbolos inequívocos de la sombra de Anfortas: su adversario, invisible para él.
Su
sombra le ha herido y él no puede sanar por sus propios medios, no
puede recobrar la salud, porque no se atreve a preguntar la verdadera
causa de su herida.
Esta
pregunta es necesaria, pero preguntar esto sería preguntar por la
naturaleza del Mal. Y, puesto que él es incapaz de plantearse este
conflicto, su herida no puede cicatrizar.
Él
espera un salvador que tenga el valor de formular la pregunta
redentora. Parsifal es capaz de ello, porque, como su nombre indica, es
el que <<va por el medio>>, por el medio de la polaridad del
Bien y el Mal, con lo que obtiene la legitimación para formular la
pregunta salvadora: <<¿Qué te falta, Oheim?>>.
La
pregunta es siempre la misma, tanto en el caso de Anfortas como en el
de cualquier otro enfermo: <<¡La sombra!>>.
La
sola pregunta acerca del mal, acerca del lado oscuro del hombre, tiene
poder curativo. Parsifal, en su viaje, se ha enfrentado valerosamente
con su sombra y ha descendido a las oscuras profundidades de su alma
hasta maldecir a Dios. El que no tenga miedo a este viaje por la
oscuridad será finalmente un auténtico salvador, un redentor.
Por
ello, todos los héroes míticos han tenido que luchar contra monstruos,
dragones y demonios y hasta contra el mismo infierno, para ser salvos y
salvadores.
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ResponderEliminarComo yo he interpretado el texto, es de manera que nosotros debemos luchar contra nuestros males, sin negarlos, sino enfrentándonos a ellos hasta derrotarlos y de esta manera es como nosotros conseguimos ser salvados y salvadores.
ResponderEliminarAceptando todo lo que hay en cada uno de nosotros. Nuestros instintos y nuestras razones.
EliminarEl texto trata sobre la lucha del yo hacia los males, y solo enfrentándonos a ellos lograremos ser redentores.
ResponderEliminarNo consiste en enfrentarse, sino en aceptarlos y dominarlos. Pero nunca vencerlos porque tu instinto no se puede vencer.
EliminarDebemos luchar contra nuestros males enfrentándolos cara a cara y así y solo así llegaremos a salvarnos y poder salvar a los demás.
ResponderEliminarLuchar pero no para vencer, sino para aceptar. Tú no puedes vencer tu instinto sexual, forma parte de ti. Pero sí puedes decidir que nunca vas a forzar a una persona para satisfacer ese apetito. Por lo tanto, el apetito lo tienes, pero lo tienes controlado y dominado, aunque siga ahí.
EliminarLo que me da a entender este texto es que debemos de luchar contra nuestros males, combatirlos y así salvarnos a nosotros mismos y poder salvar a los demás.
ResponderEliminarNo trata de luchar contra la parte que no te gusta. Se trata de aceptar que hay una parte en ti que no te gusta pero que tienes que vivir con ella. Entonces dominas esa parte pero no puedes destruirla porque también eres tú.
EliminarUn problema diario...nuestros miedos,males,adversarios..Y como giramos la cara como si no fuera con nosotros. Debemos afrontarlos,combatirlos,ganar y así poder avanzar y conseguir esa salvación tan deseada.Como se suele decir,¨el dolor es temporal,la victoria es eterna.¨
ResponderEliminarEstoy de acuerdo. Afrontar, aceptar y dominar... Pero la victoria no es la derrota de una parte de ti; sino la aceptación, comprensión y autocontrol en la medida de tus posibilidades.
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