Este
modismo se utiliza para referirse a un nombramiento o elección de cargo
que, tras largas deliberaciones, era esperado desde hacia tiempo.
Procede de la expresión italiana fumata bianca -humareda blanca-, que es el modo con que tradicionalmente se anuncia en el Vaticano la elección de un nuevo Papa.
Desde Gregorio X, los cardenales
diáconos se reúnen en cónclave dentro de la Capilla Sixtina para elegir
al nuevo Pontífice en total aislamiento. En los días que dura la
selección y después de cada escrutinio, se quema heno húmedo en
una estufa situada en el lado izquierdo de la capilla. Si el humo que
sale por una chimenea visible desde la plaza de San Pedro es negro y
espeso, significa que no ha habido consenso; y si es blanco y ligero, la
multitud sabe que algún candidato ha obtenido los votos requeridos -dos
tercios más uno- y que ha aceptado tomar las riendas de la Iglesia. En
la actualidad, el color del humo se consigue con aditivos químicos.
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