Hasta
hace unos 14 años, antes de que el acceso a Internet se popularizara y
llegara a nuestras vidas junto con el uso del correo electrónico y los
diferentes programas que nos permiten “chatear” de forma rápida y
sencilla, era muy común que en estas fechas ya fuésemos preparando las tarjetas de felicitación de Navidad para
enviar a nuestros familiares y amigos, sobre todo a aquellos que viven
más lejos en otras ciudades y países … pero… ¿sabemos cual fue el origen
de estas felicitaciones?
Las
tarjetas de felicitación de Navidad fueron inventadas por el ideólogo
inglés Sir Henry Cole, cuando en el año 1843 (tres años después de la
invención del primer sello postal) tras percatarse de que tenía
numerosas cartas por contestar, algunas de ellas desde hacía bastantes
días, optó por compensar a sus allegados enviándoles misivas en las que
les deseaba prosperidad para el nuevo año; y así le encargó a John
Calcott Horsley, un amigo suyo que era pintor, que le dibujara y pintara
una escena navideña, que luego mandaría a reproducir en una imprenta,
para después escribir unos breves deseos de felicidad, firmarlas y
enviarlas.
Horsley
hizo unas 1.000 tarjetas de felicitación y, las que finalmente no
utilizó Cole, las vendió a un chelín cada una. Eran unas litografías
coloreadas a mano y a color, que representaban a una familia que
brindaba por sus amigos ausentes y en los laterales se aparecían la
realización de dos buenas acciones (gente dando comida a los necesitados
en un lado, y en el otro ropa a los pobres) y en la que se leía “Feliz
Navidad y Feliz Año Nuevo para usted”. La imagen fue criticada por
muchos puritanos, que decían que fomentaba la bebida.
En
1860, Thomas Nast, creador de la imagen de Santa Claus, organizó la
primera venta masiva de tarjetas de Navidad en las que aparecía también
impresa la frase “Feliz Navidad”, pero no fue hasta 1862 cuando se
empezaron a imprimir tarjetas navideñas de serie, que fueron un éxito
inmediato. Y en 1893 la costumbre recibió la confirmación Real, cuando
la Reina Victoria encargó 1.000 tarjetas a una imprenta británica.
Hoy en día es una costumbre que ya pocos frecuentamos, pero que desde Gráficas Urania os
animamos a mantener y fomentar, aunque sea enviando tarjetas en formato
digital, algo que siempre emociona al recibirlas y más aun enviarlas.
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