El
descubrimiento del sepulcro del Apóstol en el siglo IX generó una gran
afluencia de peregrinos desde toda Europa hacia su emplazamiento, en lo
que hoy es Santiago de Compostela. Las rutas de peregrinación acabaron
conformando una densa red de caminos, hoy conocidos en su conjunto como Camino de Santiago o Ruta Jacobea. Los primeros peregrinos alcanzaban la tumba de Santiago desembarcando en Asturias o en Galicia o a través delCamino del Norte,
que bordeaba la costa cantábrica. Sin embargo, a finales del siglo XI,
según avanzaban hacia el sur las fronteras de los reinos cristianos,
quedó fijada la ruta que aún hoy sigue siendo la principal, el Camino Francés,
que penetra en la Península a través de los Pirineos y atraviesa en su
recorrido ciudades como Pamplona, Logroño, Burgos o León antes de
alcanzar su destino. La prolongación de la primitiva vía de la Plata,
entre Mérida y Astorga, y el denominado Camino Portugués,
que sigue la costa atlántica de ese país, han sido las otras dos
grandes vías peninsulares usadas por los peregrinos para llegar hasta
Santiago. Hoy, el Camino Francés a su paso por Francia y España es
Patrimonio de la Humanidad.
sábado, 15 de septiembre de 2018
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